Los 40 principales de Sr. Chinarro (1993-2020) Colector de frecuencias (3)

29/7/20

Quiromántico La piña conseguida La resistencia El cabo de Trafalgar El idilio Bye bye Chaufferette Walden El rayo verde Esplendor en la hierba Los ángeles Efectos especiales Puentes de plata Remordimientos El libro gordo de Peut-être Sábanas santas Ángela La noche del Almax Mudas y escamas Me gusta el telón Morado Supersticiones Diario de Pitágoras Club 8 que 80 Angel Christ Superstar A la luz de dos velas Ni lo sé ni lo quiero pensar Los amores reñidos El tío de la cabra Aplauso Me hipotecaré a -20ºC El mar de la tranquilidad Babieca Mi caracola loca Tu casa o la mía Quiero hacerlo mejor El cuadro La decoración Los carteles Estrenos T.V.

Sr. Chinarro: 5 discos para enmarcar y 5 para obviar Listas inservibles (94)

28/7/20

5 discos para enmarcar
1) "El porqué de mis peinados" (Acuarela Discos, 1997). El disco "amateur" perfecto de Sr. Chinarro. Todas y cada una de sus canciones son pequeñas joyas comandadas por la colaboración de Luque con Belmonte, con unos omnipresentes teclados atmosféricos y adictivos que hacen de este disco el más especial de su discografía.
2) "El mundo según" (Mushroom Pillow, 2006). Si el anterior era su disco "amateur" perfecto, este es su mejor disco "profesional". En él se encuentran algunas de sus mejores canciones de siempre.
3) "Noséqué-nosécuántos" (Acuarela Discos, 1998). En la estela de "El porqué" nació este otro gran disco donde destaca la voz de Sandra alternándose con la de Luque.
4) "El fuego amigo" (El Ejército Rojo / RCA, 2005). Asesorado y apoyado por J Planetas, "El fuego amigo" fue el disco "del cambio". Todo suena bien, voz e instrumentos. El otro hito junto a "El mundo según".
5) "El ventrílocuo de sí mismo" (Acuarela Discos, 2003). Un disco coherente, sin altibajos, que se va adhiriendo poco a poco con las escuchas y se hace querer.

5 discos para obviar
1) "Presidente" (Mushroom Pillow, 2011). Presuntamente, un asalto a la comercialidad. En la práctica, para mí, el disco menos chinarro de todos.
2) "La primera ópera envasada al vacío" (Acuarela Discos, 2000). Una probatina fallida de entrar en los dominios del post rock, un estilo que le va a Sr. Chinarro como a un cura dos pistolas.
3) "¡Menos samba!" (Mushroom Pillow, 2012). Nada menos que diecinueve canciones que en realidad son descartes. No aporta nada relevante, claramente sobra en su discografía.
4) "Cobre cuanto antes" (Acuarela Discos, 2002). Pese a la buena valoración del propio autor, es un disco que se queda a medio camino de cualquiera de sus coordenadas, anteriores y posteriores.
5) "Compito" (Acuarela Discos, 1996). "Compito" nació en los tiempos de auge del indie, tuvo excelentes críticas y muchos seguidores. Yo no le cojo el punto, me parece oscuro y con un sonido poco óptimo.

Había una vez... Sr. Chinarro A los que leen. Capítulo XXIX

27/7/20

'Sigo componiendo y haciendo canciones, y las hay mejores y peores, antes y después. Hacer diez canciones buenas en un período de dos años es algo tremendamente dificil. Una vez Fernández Mallo se preguntaba en un Rockdelux por qué el primer disco de las bandas suele ser el mejor. Pues porque es un recopilatorio de muchos años. Luego para el segundo se tiene un año, año y medio para prepararlo, y en ese tiempo es muy difícil. Hay canciones que son verdaderos rompecabezas que se tardan décadas en completar: letras, melodías y trozos de ideas sueltas que no dan para tres minutos y medio. Hasta que un día las cosas se enlazan unas con otras, como si fueran átomos formando moléculas. Y mientras tanto están en tu cabeza, dando por culo. Siempre me quedaré con la duda «Si hubiera estudiado armonía... o si hubiera ido al conservatorio...», seguro que sabría enlazarlas de un modo más racional. Pero no sé si así seguiría la magia que a veces sale, no sé si la magia es también aquí solo desconocimiento'.
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Al contrario que otros libros biográficos, autobiográficos o de entrevistas, que se suelen recomendar tanto a seguidores del artista como a potenciales descubridores y nuevos adeptos, "Había una vez... Sr. Chinarro. Conversaciones con Antonio Luque" es, claramente, un libro solo para fans. Difícilmente un no chinarrista saldrá orientado dentro de este laberinto críptico de frases, discos, músicos, excomponentes y referencias endógenas indies.
Para el chinarrista, por supuesto, es todo un filón de anécdotas, informaciones privilegiadas, curiosidades, aclaraciones y, sobre todo, una incitación absoluta a volver a poner sobre la mesa enormes canciones que en su día -y hasta hoy- se hicieron fieles acompañantes y emblemas de una época. También es un recordatorio de los desastrosos conciertos suyos que pude ver en su día en varios lugares, y los muy buenos que he podido ver en tiempos más recientes.

En definitiva, leer este libro ha sido volver a traer al presente a un músico, un grupo, unas letras, unas canciones que han sido compañeras activas desde el año 1993: por tanto, de media vida. Y ahí sigue. Ahí está Sr. Chinarro con más de veinte discos, una cifra que muy pocos de su generación, o ninguno, pueden igualar.
Igual que hay un tifón para cada isla exótica, hay una canción de Sr. Chinarro para cada estado de ánimo y momento del día. Chinarrista forever. x Fernando SoYoung

Me han dicho que caíste

20/7/20


Llegué tarde a Marsé.

Me hubiera gustado leerle en la adolescencia; cómo le habría disfrutado entonces…, pero mis escritores preferidos en aquella época, Baroja y Galdós, tampoco le eran unos extraños. Realismo social, caracteres miserables y desesperados tirados por los barrizales del atraso. Nadie en el Silos nos habló nunca de Marsé, aunque un día, durante una clase de COU, giré la cabeza y, en el pupitre de detrás, Chusé Izuel leía con diecisiete años un libro naranja de la colección Club Bruguera: “Si te dicen que caí”.

Me sirvió de indiscutible referencia pero conocí antes las novelas de Marsé por el cine que por sus páginas, a las que me adherí desordenadamente tiempo después: “El embrujo de Shanghai”, “Últimas tardes con Teresa”, “Si te dicen que caí”, “La oscura historia de la prima Montse”, “El amante bilingüe”, “Un día volveré”, “Rabos de lagartija”

No pude evitar ligar el Guinardó de los 40-50 al barrio de Las Fuentes de los 70, a las impresiones que me causaron ciertas personas y situaciones que por allí deambulaban en mi infancia. Barrios orillados y marginales salpicados de personajes apabullados por las secuelas de nuestra historia, por décadas de franquismo y humillación.

El Pijoaparte o nuestro quinqui de pantalón de campana, robando radiocassettes de los coches, que nunca conoció a su Teresa. Los matones de penumbra o el exlegionario reconvertido a equilibrista, "El hombre foca", que con un tablón alzado en su barbilla cantaba “Mañana por la mañana te espero Juana en el café; te juro que tengo, Juana, ganas de verte la punta el pie”.

Calles embarradas de farolas rotas. El olor a basura quemada de los solares del Carmelo era el mismo que hedía en las chabolas de gitanos de los descampados de Torrerramona. Sus charnegos, nuestros sorianos. Sus policías perdonavidas, nuestro vecino facha, borracho y putero que nos amenazaba con pegarnos cuatro tiros con la pistola que conservaba de sus tiempos en la División Azul. La vieja enlutada y encorvada que contaba agazapada en los portales la calderilla de las limosnas. Historia social contemporánea de tapa blanda.

Hace ya tiempo que me fijé en el parecido físico y, en algunos aspectos, literario de Juan Marsé con Raymond Carver, aunque son hijos de distintas circunstancias. Facciones anchas, rudas, mirada directa y severa, cazadoras de piel, tipos genuinos como sus desesperanzados personajes, resignados a tropezar constantemente con sus propias vidas.

Encerrada con mi propio Marsé, todavía me quedan algunos de sus libros por leer, pero ya son pocos, muy pocos.

(A mi madre, que falleció el mes pasado también a los 87 años).
x Asun No.