Lección de anatomía rock de The Jayhawks Riguroso directo

16/4/15

Recuerdo haber visto hace años a The Jayhawks en la sala Oasis de Zaragoza. Habían publicado en el año 2000 "Smile", un gran trabajo que sin embargo tuvo algún detractor entre su parroquia purista, pero creo que para esta visita ya presentaban "Rainy day music". En cualquier caso, ya entonces dieron una lección soberana de rock sobre aquellas tablas, y allí atrajeron a más de uno que fue a verlos llevado más por su prestigio que por conocer a fondo su discografía.

Ayer, en Las Armas, un buen puñado de años después, The Jayhawks dieron otra lección más. La de la experiencia, la de la finura, la del talento. Gary Louris, 60 años recién cumplidos, ahí es nada, está hecho un figurín. Un figurín en plena forma además. Lo mismo se puede decir del resto de la formación, completada por Tim O'Reagan, que cantó con su peculiar y bonita voz varias canciones además de la batería, Marc Perlman al bajo, Karen Grotman al hammond y Kraig Johnson a la segunda guitarra. En los carteles anunciadores se colocaba como motivo de la gira la reedición de sus discos "Sound of lies", "Smile" y "Rainy day music", pero el repertorio no se ciñó solo a esos discos y, a caballo de un sonido espectacular, The Jayhawks brillaron en todos los terrenos: las canciones más lentas, los puntuales e impecables solos de guitarra, las canciones más reconocibles (fabulosas "Stumbling through the dark", "Big star", "Smile", "Save it for a rainy day", "I'm gonna make you love me", "Bad time" -en el bis-) y también las menos.

En un símil ciclista, se podría decir que The Jayhawks son de categoría especial. Es toda una suerte poder haber visto en este siglo en la ciudad a bandas americanas de categoría especial como ellos, como Wilco y como Calexico. Son buenos tiempos para los conciertos en Zaragoza, y hay que seguir aprovechándolo mientras el cuerpo aguante. x Gabi Lombardo

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