8/9/08
Ya desde el título esta película tenía algo especial que la distinguía de las otras comedias españolas de la época, en un tiempo además en que este tipo de filmes tenían algo más de chicha argumental que la simple patochada nacional vigente en casi todo el siglo pasado y más aún en el presente.
"Todo es mentira" tenía un guión de fácil absorción para el público adulto, especialmente para el de la quinta de los protagonistas, unos veinteañeros Coque Malla y Penélope Cruz. Su éxito no se produjo por la vía de la risa fácil, sino por lo bien que ridiculizaba, de la forma más sencilla pero graciosa en sus diálogos, las situaciones cotidianas de una pareja de recién enamorados y su evolución subsiguiente. El reparto de roles es tan estereotipado como atinado y bordado en su caracterización: el chico que se muestra ante la chica, y lo que ella espera de él: romántico, cariñoso, maduro, seguro de sí mismo. La realidad que encuentra cuando se ha pasado esa breve etapa de la idealización ensimismada: un crío que vive al minuto, pasa de todo y se obsesiona con el pasado sexual de ella.
Y la chica que se muestra ante el chico, o lo que él espera de ella: guapa, con buen cuerpo, la amante y confidente perfecta, su reflejo pero con curvas. La realidad que encuentra: pasión por el orden y necesidad de planes concretos de vida a medio y largo plazo.
Una historia bien conocida, la evolución de las pasiones en su aterrizaje al mundo real de la convivencia, un entorno que puede llevar a muchas situaciones divertidas (ciertamente es más facil que lleven a situaciones dramáticas, pero para duro hiperrealismo ya hay maestros como Bergman). La trama central está perfectamente complementada con un elenco secundario bien elegido, con la pareja de amigos alternativos, caricaturizados con un esnobismo recalcitrante (Mollá/Rosenvinge), los paternalistas modélicos en su relación que luego no lo son tanto (Colomo/Mónica López), el amigo entrañable más desastre todavía que el protagonista (Salmerón) o la chica que invita a visitar el atractivo lado oscuro (Ariadna Gil).
Por supuesto, como buena comedia que es, esta entretenida "Todo es mentira" hace encajar finalmente el puzzle con las piezas perfectas, esas mismas que en la vida real o están mal fabricadas y no encajan bien, o se han perdido varias y no se puede terminar, o el color final del puzzle está mucho más desgastado que el modelo de la caja. Pero eso es el cine, y más el de comedia: evasión en la ilusión, e ilusión en la evasión. x Ánchel Otín
"Todo es mentira" tenía un guión de fácil absorción para el público adulto, especialmente para el de la quinta de los protagonistas, unos veinteañeros Coque Malla y Penélope Cruz. Su éxito no se produjo por la vía de la risa fácil, sino por lo bien que ridiculizaba, de la forma más sencilla pero graciosa en sus diálogos, las situaciones cotidianas de una pareja de recién enamorados y su evolución subsiguiente. El reparto de roles es tan estereotipado como atinado y bordado en su caracterización: el chico que se muestra ante la chica, y lo que ella espera de él: romántico, cariñoso, maduro, seguro de sí mismo. La realidad que encuentra cuando se ha pasado esa breve etapa de la idealización ensimismada: un crío que vive al minuto, pasa de todo y se obsesiona con el pasado sexual de ella.
Y la chica que se muestra ante el chico, o lo que él espera de ella: guapa, con buen cuerpo, la amante y confidente perfecta, su reflejo pero con curvas. La realidad que encuentra: pasión por el orden y necesidad de planes concretos de vida a medio y largo plazo.
Una historia bien conocida, la evolución de las pasiones en su aterrizaje al mundo real de la convivencia, un entorno que puede llevar a muchas situaciones divertidas (ciertamente es más facil que lleven a situaciones dramáticas, pero para duro hiperrealismo ya hay maestros como Bergman). La trama central está perfectamente complementada con un elenco secundario bien elegido, con la pareja de amigos alternativos, caricaturizados con un esnobismo recalcitrante (Mollá/Rosenvinge), los paternalistas modélicos en su relación que luego no lo son tanto (Colomo/Mónica López), el amigo entrañable más desastre todavía que el protagonista (Salmerón) o la chica que invita a visitar el atractivo lado oscuro (Ariadna Gil).
Por supuesto, como buena comedia que es, esta entretenida "Todo es mentira" hace encajar finalmente el puzzle con las piezas perfectas, esas mismas que en la vida real o están mal fabricadas y no encajan bien, o se han perdido varias y no se puede terminar, o el color final del puzzle está mucho más desgastado que el modelo de la caja. Pero eso es el cine, y más el de comedia: evasión en la ilusión, e ilusión en la evasión. x Ánchel Otín
Año: 1994; Duración: 94 min. Director: Álvaro Fernández Armero; Guión: Álvaro Fernández Armero; Música: Coque Malla; Fotografía: Antonio Cuevas; Reparto: Penélope Cruz, Coque Malla, Santiago Segura, Jordi Mollà, Cristina Rossenvinge, Gustavo Salmerón, Irene Bau, Mónica López, Ariadna Gil, Patricia García Méndez.
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