"Serotonina" (Michel Houellebecq) Subrayadas (99)

12/2/19

"Estos restaurantes, por lo demás, habrían sido soportables si los camareros no hubiesen adquirido recientemente la manía de declamar la composición del más mínimo entremés con el tono engolado de un énfasis mitad gastronómico, mitad literario, acechando en el cliente atisbos de complicidad o al menos de interés con objeto, me imagino, de convertir la comida en una distendida experiencia compartida, siendo así que solo su manera de exclamar '¡Buena degustación!' al final de su arenga sibarita solía ser suficiente para quitarme el apetito".

"¿Era capaz de ser feliz en soledad? No lo creía. ¿Era capaz de ser feliz en general? Creo que es la clase de preguntas que más vale no hacerse".

"No he vuelto a conocer esos estados mentales que suelen asociarse con la palabra 'juventud', esa encantadora despreocupación (o, según los gustos, esa repulsiva irresponsabilidad), esa sensación de un mundo indefinido, abierto, después de Kate la realidad me envolvió definitivamente".

"Al mirar atrás, lo más notable es que el conjunto de mis pertenencias materiales cabía en una maleta. Era obvio mi desapego a las posesiones materiales; lo cual, a juicio de algunos filósofos griegos (¿epicúreos?, ¿estoicos?, ¿cínicos?, ¿un poco los tres?), constituía una disposición mental muy favorable; me parecía que rara vez se había defendido la posición opuesta; había, por tanto, consenso sobre este punto concreto entre los filósofos, lo cual es lo bastante insólito como para destacarlo".

"No hay, sin duda, ningún sector de la actividad humana que desprenda un tedio tan total como el derecho".

 "Los años de estudiante son los únicos felices, los únicos en los que el porvenir parece despejado, en que todo parece posible, después la vida adulta, la vida profesional, no es más que un lento y progresivo estancamiento".

"Lo cierto es que nos falta una persona y todo está muerto, el mundo está muerto y tú mismo estás muerto, o bien transformado en una figurilla de cerámica".

"Dios es un guionista mediocre, casi cincuenta años de existencia me han llevado a formarme esta convicción".

"Es curiosa esta voluntad de establecer un balance, de convencerse en el último momento de que se ha vivido; o quizá de que no se ha vivido en absoluto".

"No se puede hacer nada con la vida de la gente, ni la amistad ni la compasión ni la psicología ni la comprensión de las situaciones tienen la menor utilidad, la gente se fabrica ella misma el mecanismo de su desdicha, le da cuerda y luego el mecanismo sigue girando, ineluctable, con algunos fallos, algunas debilidades cuando la enfermedad interviene, pero sigue girando hasta el final, hasta el último segundo".

"La gente no escucha nunca los consejos que le dan, y cuando los pide es especifícamente para no seguirlos en absoluto".

"No deben de faltar los depresivos que desean aislarse, pasar algunos meses en el bosque para 'una instrospección a solas', pero los que aceptan sin pestañear estar sin internet un tiempo indefinido es que están en las últimas".

"Una crispación dolorosa me retorció el corazón, los recuerdos afluían sin parar, no es el futuro sino el pasado el que te mata, el que vuelve, el que te atormenta y socava y acaba efectivamente contigo".

"Yo sí había cambiado físicamente, era consciente de que había envejecido, y bastante, lo sabía por cruzarme de vez en cuando con el espejo sin verdadera satisfacción, pero también sin auténtico desagrado, más o menos como quien se cruza con un vecino de rellano no muy molesto".

"Un ambiente de catástrofe global atenúa siempre un poco las catástrofes individuales, sin duda por este motivo los suicidios son tan raros en época de guerra".

"Titubeé como un anciano y jadeaba de sufrimiento, de ese dolor incomprensible que a veces les sobreviene a los ancianos y que no es otra cosa que el peso de la vida".

"No hay que dejar que el sufrimiento aumente más allá de cierto grado, de lo contrario haces cualquier disparate, te tragas un desastacador y tus órganos internos, compuestos de las mismas sustancias que atascan habitualmente los fregaderos, se descomponen entre dolores atroces; o te tiras a la vía del metro y acabas con dos piernas menos y los cojones hechos picadillo, pero todavía vivo".

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